En el corazón del norte argentino, entre palmares, ríos y tradiciones, sobrevive un plato que condensa identidad, memoria y sabor. Se trata del soyo formoseño, una sopa espesa, nacida de la fusión de saberes guaraníes y costumbres criollas que es un legado cultural que se transmite de generación en generación, y que en cada hogar adopta matices únicos.
El soyo —cuyo nombre proviene del guaraní so’o josopy, que significa "carne triturada"— tiene raíces profundas en el territorio guaranítico que abarca Formosa, Paraguay y parte del litoral argentino. En tiempos antiguos, la carne se machacaba en mortero de madera hasta formar una pasta que luego se cocinaba con agua, verduras y condimentos silvestres. Era una forma de aprovechar todo lo disponible y de conservar energías, especialmente en días fríos.

En la provincia de Formosa, el soyo se transformó en un plato cotidiano y reconfortante. Aunque existen variantes modernas con carne picada a cuchillo o procesada, muchos todavía respetan la receta tradicional, machacando la carne a mano como gesto de respeto a las raíces.
Humilde pero sabroso, el soyo se sirve en casas de campo, comedores comunitarios, celebraciones populares y en la mesa diaria. Su textura cremosa, su aroma a hierbas frescas y su sabor intenso lo convirtieron en una receta símbolo de pertenencia.
INGREDIENTES DEL SOYO FORMOSEÑO
500 g de carne de res (cuadrada o paleta, sin grasa)
1 cebolla mediana
1/2 morrón rojo
2 dientes de ajo
1 cucharadita de orégano
1 pizca de comino (opcional)
Sal y pimienta a gusto
Agua
Aceite para rehogar
Cebolla de verdeo o perejil para decorar
PREPARACIÓN
- Preparar la carne: tradicionalmente se machaca en mortero o tacuara hasta obtener una pasta fibrosa. Si no se dispone de mortero, se puede picar muy finamente o usar carne molida gruesa.
- Rehogar los vegetales: en una olla, calentar un poco de aceite y saltear la cebolla, el morrón y el ajo picados.
- Incorporar la carne: agregar la carne triturada y revolver para integrar. Condimentar con sal, pimienta, orégano y una pizca de comino.
- Agregar agua: cubrir con agua caliente y cocinar a fuego medio, removiendo cada tanto. La sopa debe quedar espesa, con cuerpo.
- Servir caliente: decorar con verdeo picado o perejil.